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Capítulo 49-B | FIN
Capítulo 49-B
La muerte de Gillion

De cómo los jóvenes de Trazegnies conversaron con su padre y del regreso que hicieron a Hainaut (continuación)

Acompañamiento musical

Manuscrito Lord Devonshire: Gillion cae herido de muerte en batalla.jpg

Ese mismo año murieron las dos damas, esposas de Gillion de Trazegnies; y dice la historia que después de su muerte, Gillion hizo levantar tres tumbas en la Capilla de Herlaiemont, escogiendo una para él porque quería yacer entre sus dos mujeres. Otorgó asimismo una muy buena renta a la Capilla a fin de que todos los días se orase por él y por sus dos damas, sus mujeres y esposas.

Aproximadamente un año después de que ellas murieron, llegó un mensajero enviado por el Sultán, quien enviaba a buscar a Gillion porque varios Reyes sarracenos, luego de que supieron que Gillion había partido, habían iniciado una gran guerra contra el Sultán. Es por eso que el Sultán lo había enviado a buscar urgentemente. Gillion había jurado que iría a socorrerlo; y además, no podía realizar un más bello servicio a Dios que destruir y

Lecho de muerte.jpg

matar a aquellos que no creían en Él. Se alistó, pues, y vino a Trazegnies donde tomó el oro y la plata necesarios para sus gastos y partió el sexto día. Sus hijos lo acompañaron y luego, llorando, se despidieron de él. Gillion se esforzó tanto en sus jornadas por tierra y por mar que pronto llegó a Babilonia donde el Sultán lo recibió con gran alegría. Colaboró con el Sultán en la guerra de tal manera que subyugó y sometió a la obediencia del Sultán a todos sus enemigos. Pero en una batalla recibió una herida muy grande por la que tuvo que guardar cama. Y viendo que llegaba su fin y que le sería imposible escapar de la muerte, rogó al Sultán con mucha insistencia que después de su fallecimiento procediera a retirar su corazón de su cuerpo y lo enviara a Trazegnies para que fuera colocado en la tumba que había sido preparada para él, en medio de sus dos mujeres. El Sultán llorando le prometió que así lo haría, como efectivamente lo hizo; y su corazón fue llevado y colocado en la tumba que para eso él había mandado hacer.

Aquí termina la verdadera historia del valiente Gillion de Trazegnies de quien si alguien quiere saber más, puede ir a la Abadía de la Oliva donde su corazón yace entre las tumbas de sus dos mujeres a quienes Dios guarde en su piedad. Amén.